LOS MATICES DE LA TEMPORADA
GUADALAJARA, Jalisco (30/Abril/2019).- Otro año futbolístico ha pasado a los anales históricos del equipo de la Universidad de Guadalajara. Una Temporada 2018-2019 que será recordada por puntuales matices, gracias a un inicio esperanzador, pero un delusorio desenlace que podría decretar el final de un ciclo en la institución.
La décima temporada de la manada desde su regreso al profesionalismo siempre estuvo enmarcada por altibajos, con notas altas y pasajes oscuros, para bien o para mal, pues la característica irregularidad de la competencia, que acompañada de un cierre digno la catapultó a su segunda liguilla al hilo en el Apertura 2018, pero que para el Clausura 2019 le significó un año más en el Ascenso MX.
Los tres meses de receso mundialista fueron el preámbulo de un Apertura 2018 que recibió con casi medio torneo sin victoria a Leones Negros, un golpe de realidad para un subcampeón que aún divisaba luto por la final perdida ante Cafetaleros, pero que por igual volvería a demostrar ser un equipo que se crece ante el dolor, consiguiendo ligar presencia en Liguillas consecutivas por primera vez desde la Temporada del ascenso a Primera División.
La ironía sería la etiqueta de aquel torneo, ya que la primer victoria tricolor tendría lugar en Tapachula, lo que daría paso a cuatro triunfos y dos empates en los ocho juegos restantes de la fase regular, para a la postre poner contra las cuerdas al entonces todopoderoso Juárez FC en Cuartos de Final, pero terminado en la lona aún sin ser derrotado, pues la posición en la Tabla General fue lo que dejó fuera a los melenudos. Casi como un reproche del destino a sus vaivenes.
La frontera sirvió como punto de transición, el elenco de Jorge Dávalos regresó a donde despidió el 2018 para recibir un Clausura crucial, conscientes del único objetivo válido y con un resultado que quizá vaticinaría la cruz que cargarían hasta el final del certamen.
El tricolor regresó a casa y consiguió su primera victoria más rápida en los últimos dos años, edificó en torno al Estadio Jalisco la aduana más difícil de la categoría y se erigió como el mejor local de la misma alcanzando ocho meses invictos; sin embargo, una prolongada bipolaridad terminó por vencer a la manada, se convirtió en el peor visitante de la categoría, e incapaz de vencer en campo ajeno incluso con su futuro dependiendo de ello, terminó tendido en Celaya y resignado a la vida en la Liga de Plata.
Así pues, la UdeG cierra su primera década desde su retorno entre sinsabores, con certezas, pero también con deudas, habiendo regresado la identidad a la institución y con un proyecto deportivo establecido, pero a sabiendas que dentro de un año el objetivo será el mismo: Regresar a Leones Negros a donde la historia le reclama, la Liga MX.
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