TBT: CASA COMPARTIDA

GUADALAJARA, Jalisco (4/Septiembre/2025).- Tal vez varios no lo recuerden, pero el Estadio Gregorio ‘Tepa’ Gómez fue la casa de un equipo de la Universidad de Guadalajara y no solo por un partido.

Antes de que el municipio alteño fuera parte de la Expansión MX e incluso antes de que obtuviera los reflectores al ganar la Liga Premier, el Club Deportivo Tepatitlán de Morelos compartió su casa con los Cachorros UdeG en la Temporada 2016-2017.

El inmueble, ubicado en la Calle Morelos, tenía capacidad para apenas 3 mil personas, el terreno de juego era una alfombra sintética y, donde hoy se encuentran los palcos, solo había una plancha de cemento. Todo eso cambió paulatinamente. la capacidad aumentó, se instaló el sistema de iluminación y, con la llegada del equipo a la categoría de plata, se concretó la remodelación que lo convirtió en lo que es hoy: un estadio embutacado, con vestidores renovados, pasto natural y espacio para 8 mil aficionados.

En aquel 2016, los ‘Leoncitos Negros’ se coronaron campeones en la Liga TDP y consumaron su ascenso, lo que le permitió a la Universidad de Guadalajara contar con dos franquicias en la categoría de bronce del futbol mexicano y la decisión de la directiva fue establecer los proyectos deportivos cerca de los Centros Universitarios en el interior del estado.

Ameca recibió a los ‘Leones Negros B’, mientras que los Altos de Jalisco se convirtieron en la casa de los Cachorros UdeG, siendo aquella temporada la última ocasión que una filial melenuda jugó fuera de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Ese año resultó trascendente para la llamada Camada Dorada de la Cantera Melenuda. Por los Altos de Jalisco pasaron jugadores como Antonio Santos Sánchez Saavedra, Adrián Villalobos, Carlos Baltazar, Felipe López, Paul Bellón, y Salim Hernández, todos ellos llegaron al máximo circuito. Además, otra decena de futbolistas lograron debutaran con el primer equipo de la UdeG.

Por eso, cada visita al Estadio ‘Tepa’ Gómez no es solo un partido más para los Leones Negros, sino el recuerdo de una etapa que forjó a una generación de Melenudos, que todavía sigue dándole alegrías al equipo de la Universidad de Guadalajara.